El bebé en el vientre comparte todo con su madre, es
capaz de percibir todos los sentimientos que su madre experimente. Esto puede repercutir
en su crecimiento y desarrollo.
La madre debe detectar las situaciones que le causan estrés
y resolverlas. Una manera de resolver estas situaciones es la utilización de la
música adecuada, la terapia musical, la relajación musical, la visualización,
la interacción rítmica y el movimiento.
Nuestro cerebro está especializado en la música,
experimentamos música en el vientre materno, el latido cardiaco de la madre y los procesos
digestivos del embarazo, resultan tan agradables como el canto de las ballenas
mientras el bebé flota en el líquido amniótico.
Numerosos estudios han demostrado que a nivel psicológico
la influencia directa de la música sobre el cerebro reduce el estrés, aumenta
la memoria, la concentración y la capacidad de aprendizaje. A nivel físico, las
ondas sonoras alivian las tensiones musculares, benefician al sistema nervioso y
Los bebes perciben los sonidos incluso antes de nacer,
durante el embarazo el bebé siente los sonidos antes de oírlos. Uno de los
sonidos más importantes para el feto es la voz de la madre, el feto reacciona a
las emociones maternas y a la música que ella canta y escucha.
Los oídos de un bebe en desarrollo, comienzan a funcionar
entre las 18 y 24 semanas de gestación, la música relajante es un nutriente
para el bebé en crecimiento. Cada inflexión de la voz de la madre, las
modificaciones rítmicas del pulso y respiración, la música escuchada durante el
embarazo, formaran parte de episodios, experiencias, de la vida vincular
entre el feto y su madre y tendrán mucha importancia.
La música es un vehículo que facilita la
apertura del niño hacia el mundo exterior.
